
A lo largo de las últimas semanas estuve viviendo en un perpetuo Déjà vu producto de medios de comunicación poco creativos a la hora de elegir la “noticia del momento”. Es más, el utilitarismo político ya es una tradición en estas tierras, donde solo importa el sumar votos a cambio de promesas. En este sentido, los actores sociales y políticos poco se han esmerado en renovar ideas y plataformas para el prospero futuro de la Nación.
De repente sentí volver esa sensación electoralista de la mano de Biolcati y la honorable Sociedad Rural Argentina, cuando en su discurso de apertura dijo "El Estado es un predador insaciable” ¿Acaso fue una expresión de deseo de volver a las políticas neoliberales de los noventa? Y no vayan a creer que Biolcati es comunista y busca la desaparición del Estado, este último siempre es necesario si persigue la digna premisa de asegurar a la oligarquía su statu quo.
Acto seguido, prendiendo el televisor me encuentro la publicidad de Mauricio sobre la inseguridad, quien está tan preocupando por mejorar su oratoria que se esta olvidando que ya fue elegido Jefe de Gobierno hace tres años y debería estar cumpliendo con el mandato de la gente.
Por último apareció el chapulín colorado, el gurú de la seguridad, el colombiano De Narváez, quien si no me equivoco percibe un sueldo como diputado desde hace cinco años y está sin dudas cumpliendo con su discurso de campaña de hace mas de un año atrás cuando dijo “No iremos al Congreso a impedir” Fiel a sus palabras, Francisco continúa sin ir a la Cámara de Diputados, a pesar de contar con los beneficios de los sistemas tecnológicos de posicionamiento global o G.P.S. como comúnmente se denominan.
De repente sentí volver esa sensación electoralista de la mano de Biolcati y la honorable Sociedad Rural Argentina, cuando en su discurso de apertura dijo "El Estado es un predador insaciable” ¿Acaso fue una expresión de deseo de volver a las políticas neoliberales de los noventa? Y no vayan a creer que Biolcati es comunista y busca la desaparición del Estado, este último siempre es necesario si persigue la digna premisa de asegurar a la oligarquía su statu quo.
Acto seguido, prendiendo el televisor me encuentro la publicidad de Mauricio sobre la inseguridad, quien está tan preocupando por mejorar su oratoria que se esta olvidando que ya fue elegido Jefe de Gobierno hace tres años y debería estar cumpliendo con el mandato de la gente.
Por último apareció el chapulín colorado, el gurú de la seguridad, el colombiano De Narváez, quien si no me equivoco percibe un sueldo como diputado desde hace cinco años y está sin dudas cumpliendo con su discurso de campaña de hace mas de un año atrás cuando dijo “No iremos al Congreso a impedir” Fiel a sus palabras, Francisco continúa sin ir a la Cámara de Diputados, a pesar de contar con los beneficios de los sistemas tecnológicos de posicionamiento global o G.P.S. como comúnmente se denominan.
En este contexto me senté a escribir el presente artículo en una noche fría de Buenos Aires porque no conseguí alojamiento en los centros turísticos del país en este fin de semana largo producto del record de reservas, y tan sólo me di cuenta que había pasado mas de un año de la campaña del 2009, cuando encontré autos con patente “J”. Por suerte el país sigue avanzando, mientras algunos siguen añorando la letra "C" de fines de los noventa en sus patentes.