domingo, 3 de abril de 2011

La Unión Mediocrática





Hace poco más de 65 años la Argentina vivía el retorno de la Democracia de la mano de un nuevo fenómeno social que había irrumpido en la escena política y marcaría los destinos del país hasta la actualidad. Mientras La Nación, Clarín, y La Prensa, entre otros, se habían embarcado en una inocultable propaganda a favor de la fórmula de la Unión Democrática, este conglomerado político que incluía a Radicales, Comunistas, Socialistas, Demócratas Progresistas y el estratégico apoyo de los conservadores, la Sociedad Rural y las Cámaras Empresarias contaba por supuesto con la bendición de los Estados Unidos personalizada en la figura de Braden.

Ya es sabido, que ni todo el rejunte del 46 pudo con la fórmula Peronista, a pesar de los anhelos de la prensa, que ya había proclamado anticipadamente a la Unión Democrática como ganadora, aunque pasada la jornada electoral los integrantes de dicha facción mostrando su falta de convicción y simple oportunismo, jamás volvieron a reunirse.

Para aquellos jóvenes que pensaban que la experiencia de “La Alianza” en la Argentina, era una idea tan novedosa como nefasta, claro está que De la Rua carecía de la capacidad de “inventar” algo en política y la vieja receta del aglutinamiento opositor se repetía en el país hacia 1999 con mejor suerte en las urnas que en 1946, aunque si recordamos los sucesos del 2001, nos adelantamos en mencionar el factor “suerte”.

Mientras Macri se refiere a la actualidad como “el peor momento de la democracia desde 1983” olvidándose de los levantamientos “carapintadas” de Semana Santa en 1987, en Monte Caseros en 1988 y Villa Martelli en el mismo año, a una década de la crisis institucional del 2001, poco sabe Mauricio de este tipo de sucesos ya que hasta el año 2003 se dedicaba al sector empresario y a los negocios familiares por los cuales incluso fuera procesado por contrabando.

No obstante, luego de los presagios de supuestas derrotas Kirchneristas en Catamarca y Chubut, proclamadas por la prensa de antemano, el error de cálculo de una oposición fragmentada y con presencia intermitente en el interior del país, acortó los tiempos de las aspiraciones personalistas de los distintos precandidatos.

En este marco, los medios de comunicación dominantes en Argentina, mediante distintas columnas de opinión, no han hecho más que inducir recetas para la concreción de una nueva Unión Democrática. Que difícil imaginar un programa de Gobierno conformado por las ideas de personajes de la talla de Pino Solanas, Mauricio Macri, Elisa Carrió y Eduardo Duhalde. El antecedente más cercano de una mesa de trabajo entre estos sujetos es el juicio de calumnias e injurias que le hiciera Duhalde a Carrió por declaraciones acerca de sus supuestas actividades como narcotraficante o las denuncias penales de Pino a Macri por incumplimiento de los deberes de funcionario público.

Si algo diferencia a esta nueva intentona opositora de las anteriores, es que la búsqueda de un solo candidato opositor no es mas que una excusa para que varios precandidatos se bajen de la carrera presidencial ya que carecen de apoyo popular. No buscan elegir un candidato para ganarle al Kirchnerismo, simplemente buscan personificar la derrota de la oposición en una sola figura, para mantener a salvo algunas aspiraciones futuras de algunos personajes que ven en el largo plazo mayor optimismo que en la actualidad y evitar así manchar su imagen con una contundente derrota en Octubre.

En este contexto, la prensa independiente hoy en día no es más que una utopía, o tal vez siempre lo fue, lejos de informar los medios de comunicación se consolidan como operadores políticos dañando a la democracia, sin importar las catastróficas experiencias del pasado. A medida que pasan los meses, así como suben los pronósticos de los niveles de inflación de las consultoras privadas, lo que estos operadores no saben es que cuando pronostiquen una inflación del 40% en realidad van a estar dando el piso de porcentaje de votos que obtendrá Cristina Fernández de Kirchner el 23 de Octubre, ya que por mas estrategias que se propicien desde la prensa, los argentinos piensan por si mismos, respetan el valor del voto y el valor de las urnas, a las cuales los mediocres operadores de los multimedios jamás se atreverían a concurrir para medir un apoyo popular que jamás obtendrán.

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